Esta es la primera tanda:
En el prólogo:
No me creas, si no confías en ti.
Lo malo de la muerte
es que, casi siempre,
nos encuentra viviendo.
Soñé que soñaba que estaba soñando.
No pude despertar.
Entonces comprendí que el cuarto sueño
era la muerte.
Me gustaba tu culo
porque era trapezoide.
Tendremos que edificar nuevas ciudades
para poner a las calles
los nombres de todos los masacrados.
El drama de los creyentes llega
cuando descubren que Dios es ateo.
Hay tantas ojivas nucleares
sobre nuestras cabezas
que he decidido no peinarme más.
Me gustaba hacer el sesenta y nueve contigo
porque en ese momento
no nos hablábamos.
Me he preguntado muchas veces
si no había llegado el momento de pegarme un tiro.
Y cuando, por fin, conseguía dinero para el arma
siempre terminaba comprando un libro.
A la mayoría de la gente no le gustan
las cosas desagradables,
Pero se empecina en hablar
de si misma.
¡Éramos tantos
cuando ya no éramos!
Pronto será Navidad
¿y qué?
Si me detienen
y me torturan,
desparecerás unos instantes de mis pensamientos.
Cuando vengas a mi entierro
te pellizcaré el culo delante de tu querido.
De perfil, eres tú,
pero a regañadientes.
Si pudiéramos leer los pensamientos de los demás
y los demás los nuestros,
la mentira sería una víscera.
La policía ha matado a dos muchachos en una manifestación.
Pero no te digo donde porque fue un país democrático.
No todo lo que reluce
está bañado en oro.
Las puertas de las cárceles
dan a ambos lados.
El mundo ya no aguanta
el peso de tantas injusticias,
aunque los sismógrafos
se empecinen
en hacernos creer que es por otra causa.
Gracias por darlo a conocer. Hay tanta gente buena, con arte, que nunca llega a ser conocida más que por su círculo íntimo...
ResponderEliminar...y hay tanto puto juntaletras que se forra.
Para saber más del autor:
Eduardo Mazo